domingo, 6 de marzo de 2016

CAPÍTULO OCTAVO #2

Del no muerto suceso que el inmune Don Quijote tuvo en la espantable y jamás resucitada aventura de los molinos de viento.


     Apresurados continuaban su viaje cuando, no más allá del horizonte, se perfilaron las siluetas de treinta o cuarenta molinos de viento. Tan pronto como sus formas cruzaron la mirada del caballero de la oxidada armadura, este le dijo a su fiel escudero: “nuestra suerte está más viva que nunca y nos depara retos inexplorados para los hombres piadosos; pues en la inmensidad del horizonte ya se empiezan a distinguir las sombras de los no muertos, amigo Sancho Panza; de los caballeros caídos en desgracia y en combate, a quienes debo abatir por segunda vez en nombre de Dios para que su podredumbre no manche nunca tierra tan sagrada como la nuestra, ni infecte a gente tan noble como la que sobre nuestros caballos monta”.


sábado, 5 de marzo de 2016

TYRANNUS #1

     El mundo fue devastado. Humo y cenizas, dolor y muerte fue lo único que quedó.

     La insaciable ambición del ser humano le llevó a crear lo monstruos que antaño azotaban la tierra con terror, los dinosaurios. Creyéndose más listos que la propia naturaleza explotaron los recursos de unos seres a los que ni siquiera lograban comprender, y ese fue su último error.

2405
Tierra, 6 meses después del fin de la Rebelión de los Saurios

martes, 1 de marzo de 2016

Retos de escritura

Vuelvo a embarcarme en la maravillosa aventura de escribir y esta vez he decidido hacerlo público y comenzar a quitarme vergüenzas e historias de encima. Se cree que cuando se escribe se muestran nuestras inseguridades y nuestros pensamientos más íntimos, pero yo creo que también se muestran nuestra fuerza y nuestras habilidades. No muchos saben lo que tenemos y por eso es bueno darlo a conocer. 

jueves, 25 de febrero de 2016

BLIND (flash fiction)

When at night you rise your eyes to the sky and you cannot see the light of the stars, 
maybe it is time to get your hands out of your face...

PERDÓN (Relato)

Desde la oscuridad de la habitación sólo podía oírse el lento goteo de un grifo mal cerrado, el roce del viento con las contraventanas del edificio y una respiración entrecortada. Serena permanecía rígida en la silla en la que se había sentado justo antes de que se fuera la luz. Cerró los ojos más por costumbre que por necesidad, ya que no suponía ningún cambio, pero era un hábito que había adquirido cuando notaba que la ansiedad se apoderaba de ella. Al ver que no se aliviaba, se dispuso a repasar cada uno de los pasos que había recorrido aquel día, viéndolo todo como si fuera un horario calculado al milímetro. De esta forma, concentrándose en el pasado, obviaría el presente.

Se había despertado a las 7 de la mañana, como de costumbre. Había apagado el despertador y lo había retrasado 9 minutos exactos para darse el placer de volver a sumirse en su subconsciente una última vez